EL REINO DE LA MATERIA
Somos materia, muchas veces decimos que tenemos un cuerpo como si fuera un accesorio pero también somos un cuerpo, obviamente es el alma la que se siente condensada como energía superior dentro de la materia y por ello debe equilibrarse. Como siempre, los desequilibrios se deben a la falta de energía o al exceso de energía. La primera sefirot es nuestro contacto con la materia (la comida, el sexo, los placeres, la diversión, los objetos que tenemos, etc.). Una persona que dice que no necesita la materia, que desprecia el mundo, que odia el sexo o piensa que nunca lo necesita, que no cuida su cuerpo, fuma y bebe sin control, etc... está desequilibrado por falta de amor a la materia, lo contrario del que piensa que solo hay materia y se vive para la materia: come en exceso, trabaja para acumular riquezas, se vuelve codicioso y tacaño, vive una vida sexual desenfrenada, en fin, está sumergido y ahogado en la materia, ese es otro desequilibrio. Cuando vivimos en armonía entonces la energía fluye libremente en las sefirot de Maljut y vivimos con los pies en la tierra (por eso se llama Reino = Maljut), nos sentimos en casa, en paz; pero cuando estamos en desequilibrio, se crea una coraza (un quelipoth) un demonio, en psicoanálisis lo llamamos neurosis, compensación en psicología, una excusa para poder soportar nuestra falsedad y así creamos una mentira en la que creer, un demonio (Naamà, el demonio del encantamiento).
LA BASE DE LAS RELACIONES
En la sefirot de Yesod está el fundamento, somos seres relacionales, es decir, nacemos de una relación sexual (padre y madre) y nacemos para relacionarnos, este es nuestro fundamento: seres sociales, llamados al diálogo, la confrontación, la crítica, la comparación constructiva (no destructiva). Entonces cuando esta fuente de energía está en equilibrio sabemos relacionarnos con los demás, sabemos establecer amistades, relaciones íntimas, pero también sabemos entrar en relación con nosotros mismos: introspección, meditación, soledad. Sabemos que una critica nos ayuda a crecer, no tomamos en cuenta los chismes pero si las opiniones de los sabios. Así que también somos dispuestos o abiertos a escuchar. Por otro lado, cuando hay desequilibrio en esta fuente por falta de energía, nos aislamos, pensamos que la gente es toda problemática, nadie es de confianza, no hay amistades, los vecinos son todos pésimos sin darnos cuenta de que somos los primeros en ser así también, no tenemos amigos porque no sabemos cómo ser amigos; nos volvemos no solo críticos sino también chismosos para defendernos de los demás pero en realidad es para no aceptar nuestra incapacidad para entender a los demás (Gamaliel es el demonio que destruye la belleza). Por exceso, sin embargo, la energía nos lleva a relacionarnos siempre: a vivir siempre en sociedad, amigos en cantidad en todas partes, fiestas continuas, actividades sociales sin parar, pero en realidad esta búsqueda continua de compañía es el miedo a no encontrarnos con nosotros mismos, nos hace huir de nosotros, no queremos encontrarnos con nuestra esencia por miedo a ver nuestros defectos (Gamaliel es el demonio que te hace amar la obscenidad, es decir la exageración en todas las cosas).
LA ILUSIÓN DE LA GLORIA
Hod es la gloria, cuando ves la gloria de alguien significa que ves lo máximo de esa persona, sus mayores cualidades, todo su potencial. La gloria es lo que brilla, el esplendor de una realidad, su máxima expresión. Por ejemplo, cuando nos presentamos a los demás tratamos de dar nuestra mejor imagen, esto es el Hod, lo que vemos, la esencia de las cosas. Pero bien sabemos que nuestra percepción de la verdad está siempre condicionada por nuestra capacidad de conocimiento, profundidad, experiencia. Esta sefirot está desequilibrada ya sea por exceso de apariencia o por falta de realidad. Cuando se desequilibra por exceso es cuando mostramos a los demás lo que no somos, las apariencias, las mentiras, las ilusiones, el mundo de las falsas promesas. Nuestro mundo de hoy está muy desequilibrado por una gloria virtual muy alejada de la realidad. A menudo, hoy en día la gente vive de imágenes falsas de sí misma, intenta por todos los medios aparentar lo que realmente no es (más bella, más rica, más inteligente) a través de falsos Hods, falsas glorias, sin méritos, sin la verdad.
Por otro lado, el desequilibrio por carencia es cuando nos conformamos con las apariencias por desconocimiento, no valoramos las cosas, no queremos profundizar en las cosas, somos superficiales y creemos que las cosas son reales tal como las vemos y nunca cuestionar las cosas (Samael es el demonio engañoso ilusorio, nos hace creer que todo lo que reluce es oro, la vanidad o vanagloria = fama inútil)
LA CAÍDA DE LA VICTORIA
Las Sefirot Netzaj significan victoria, un éxito, es la energía de vencer, pero es a nivel emocional. El ser humano tiene una fuerte lucha que vencer con sus emociones, el campo de batalla es el placer, ¿por qué? porque si tenemos placeres es que la naturaleza nos los ha dado y concedido, por lo tanto tienen un papel que jugar, tienen que tener un sentido, pero se ha visto por experiencia que estos placeres son una energía tan poderosa que nos alejan de la meta, nos abruman y nos hacen perder muchas veces la orientación, por eso se ha creado toda una moral en contra del placer mismo. Entonces, cuando esta sefirot está excesivamente desequilibrada, las personas se vuelven hedonistas, viven solo para el placer como un fin en sí mismo, sin pensar en ello, sin sacar ninguna enseñanza del placer. Es como hacer un agujero en el agua, el placer se convierte en un vórtice, un agujero negro que te succiona el alma sin razón alguna, el placer se convierte en el bien supremo del hombre y su consecución el fin exclusivo y unico de la vida, pero más allá de esto no hay nada más que Vacío total. El sentido contrario, en cambio, el desequilibrio por falta, es la reacción pseudoreligiosa de quien se niega todo placer, escapa a toda alegría de vivir, como si el placer fuera algo corrupto, malo, diabólico (es el demonio A'arab Zaraq que te hace ver todo a través del aburrimiento, el desprecio, la vulgaridad y el tedio). Lamentablemente todas las religiones tienen corrientes espirituales que viven de esta falsa victoria (Netzaj).
UNA BELLEZA ATERRADORA
Estamos en el centro del árbol de la vida, su corazón, la serirot es Tiféret, la belleza. Esta energía es muy poderosa, atrae, tiene un magnetismo irresistible. Mira los cachorros, cuanto más pequeños son, más son encantadores, la masa de atracción es interna. Encantar es ser víctima de un hechizo, no lo olvidemos. A todos nos encanta lo que es bello. Es una cualidad del Ser. Aquellos que viven esta sefirot en equilibrio pueden captar la belleza que está escondida en todo, ese grano de paraíso perdido en cada cosa. Existe en cada uno de nosotros un instinto de considerarnos bellos, se llama autoestima, más allá del factor físico o estético, sino de la dimensión del alma y espiritual, ahí está nuestra belleza (interior). Cuando esta sefirot se desequilibra por el exceso, nace la vanidad, nos creemos Venus encarnados en la tierra, pensamos que todos nos adoran, nos quieren, tratamos de ser el centro de atención a toda costa (hasta en el ridículo), nos recluidos o encerramos en nosotros mismos, es el narcisismo clásico (la era del Selfie, la auto-adoración). En cambio, cuando se desequilibra por falta de energía, crece en nosotros el instinto de fealdad, de abandono, no hay autoestima, no vemos belleza en nada, nada nos atrae, nada nos gusta, no queremos nada. Es el demonio Tagirion, le gustaría muchas cosas pero no quiere reconocerlo, aprecia las cosas pero no es capaz de decirlo entonces se queja de todo. Los grandes místicos son víctimas de este demonio, están tan fascinados por su mundo interior (que está lleno de belleza) que no soportan a los demás, no quieren relacionarse con la sociedad, se entierran en su soledad y se arriesgan a no compartir la belleza con los demás y quedarse encerrados en una especie de orgullo espiritualizado. Aquí hay un contraste porque la belleza es adictiva como el amor, mientras que el alma bella quiere ser independiente, queremos poseer la belleza pero sigue siendo bella sólo si la dejas libre. Aquí es muy difícil lograr el equilibrio, es como la vida en pareja: depende del otro que te quiere libre. Ser libres y donarnos a otro. Llegar al Tiféret es llegar a la paz del mundo interior, la única verdad del mundo inferior. Quien no alcanza este equilibrio no puede ascender a las serirot superiores del àrbol de la vida.
LA IMPOTENCIA DE LA FUERZA
Las sefirot Guevurà es la fuerza de nuestra voluntad, por tanto la disciplina, el dominio de uno mismo, el sentido común que nos dice dónde están los límites a respetar. Entonces esta fuente de energía se desequilibra por falta cuando a una persona le falta fuerza de voluntad, no cumple con sus deberes, no tiene disciplina, no respeta las reglas, es apática; en cambio su contrario, cuando es un exceso de energía, entonces la persona con esta fuerza se vuelve un arrogante, es dura, hostil, trata de dominar a los demás. Todos los problemas de poder surgen de esta sefirot desequilibrada, toma la forma de un demonio (armadura) con el nombre de Golajab y es la ira, rabia, violencia. Sin saber cómo dominarse a sí mismos, las personas que son presa de esta energía, se desahogan dominando a los demás, humillándolos, sometiéndolos. Todos los abusos de poder se originan aquí.
MISERIA Y MISERICORDIA
Estamos ante una fuente de energía muy poderosa y compleja, la Jesed que significa amor. Cuando una persona no tiene amor es miserable, de hecho es una palabra que significa sin ninguna gracia (sin corazón). Luego está el amor que todos sentimos impulsados por algún interés bueno o malo, pero el amor sin ningún interés, puro, absoluto es la misericordia, palabra que significa ser movido (misere) por el corazón (cordis). En hebreo, la palabra misericordia rakhúm (רַחֲמִים) tiene la misma raíz que la palabra útero (רֶחֶם), por lo que cuando se dice a menudo en la Biblia "Tuve un hijo por la misericordia de Dios" significa del sentimiento más profundo del universo, de el Útero divino. Es la comprensión más alta que la mente puede tener o sentir, porque comprende el ser no sólo en su esencia sino también en su error, en sus defectos y limitaciones, comprende la raíz de todo problema, el perdón nace sólo de este Útero que es la sombra de la luz del amor. Entonces veamos el desequilibrio: cuando es en exceso tendemos a sentirnos culpables por todo sin saber por qué, nos dejamos pisotear por todos, creemos por un falso amor que estamos en deber con todos, lo damos todo sin saber que estamos buscando amor pero al final no nos amamos, no somos misericordiosos con nosotros mismos, no nos perdonamos (debemos ser responsables no culpables), no hay equilibrio, porque damos tanto pero no tenemos nada, porque no nos apreciamos. En cambio, cuando es por falta de esta energía somos duros, intransigentes, resentidos, nunca perdonamos, es el demonio Gha'agsheblah quien te hace usar el amor como un arma sutil para obtener de los demás lo que tu egoísmo desea. Por lo tanto, no hay equilibrio entre dar y recibir, uno lo da todo sin querer recibir nada a cambio y el otro solo quiere recibir sin dar nada de sí mismo.
LA LOCURA DE LA RAZÓN
Cuando creemos haber encontrado una estabilidad, una razón por haber superado los triángulos inferiores del árbol de la vida, entonces nos sentimos seguros, felices, entusiasmados con esta nueva vida interior, pasamos al triángulo superior y nos encontramos con la serifot del pensamiento racional, llamado Bina. Cuando la energía se desequilibra por exceso entonces la persona cree que sabe todo, que ha encontrado la verdad absoluta, ha descubierto los misterios arcanos, nace el dogmatismo de los que se ponen en el lugar de Dios y tienen siempre la razòn (aquí encontramos científicos, pragmáticos , muchos teólogos, intelectuales, etc.), han visto un poco de luz y se han electrocutado y en cambio se creen iluminados (es el velo del demonio de Sarariel, de las apariencia, el velo que en oriente llaman Maya y en occidente Matrix). Cuando la energía se desequilibra por falta de razón, es incapaz de poner orden en el cerebro, lo poco que uno piensa de saber se vuelve absoluto, como es el caso de los fanáticos, muchas almas piadosas, falsos místicos, gente que aunque son todavía muy limitados mentalmente, incluso se creen cultos e inteligentes (ay, aquí encontramos increíblemente a la mayoría de la población). El resultado más típico de este desequilibrio son las críticas infundadas (chismes), la envidia y la sensación de frustración, no por casualidad son los tres vicios más comunes en la vida social. Cuando Biná está en equilibrio la mente sabe dar consejos, ve claro aún en la oscuridad porque sabe vivir el mundo dual, integra y asume su Sombra, acepta sus límites por lo que es una mente humilde y serena
LAS PREGUNTAS EXISTENCIALES
Mientras Bina era la razón que siempre buscaba respuestas, ahora estamos en Jojma, la intuición que siempre hace preguntas. Es esa dimensión interior que se pregunta por qué... ¿por qué existo? ¿De dónde vengo y adónde voy? ¿Dios me creó o yo creé a Dios?. Quien despierta esta fuente de energía comienza a mirar la realidad en una perspectiva trascendental, tiende al más allá (hacia la copa del árbol de la vida). Busca la unidad, el sentido de la existencia, pero sin luchas, ni discusiones con los demás, con paz interior. Cuando esta sefirot se desequilibra por exceso entonces la persona se vuelve loca, vive en un mundo abstracto, también se aísla mentalmente de la realidad, aquí encontramos grandes genios, artistas, almas espirituales, pero están descentralizados, no pueden manejar tanta luz ( están realmente iluminados pero no electrocutados como los racionalistas, sino que se ciegan con demasiada luz mal administrada). Por eso los grandes místicos te aconsejan casarte, tener hijos, trabajar, para asì anclarte también a la realidad, sabios son los que alcanzan el espíritu divino pero lo encarnan inmediatamente en la materia y sus bellezas que son puntos de apoyo y referencia para las grandes mentes, de lo contrario enloquecen, el exceso de Jojma produce la muerte psíquica (si ves a Dios mueres). El desequilibrio en cambio por carencia es el que nunca se hace una pregunta esencial o existencial, permanece en su reino animal y vegetal, nunca usa el alma, nunca se preocupa por el espíritu. Son presa del demonio Ghagiel que es la ceguera de la materia.
EL FIN DEL PRINCIPIO Y EL PRINCIPIO DEL FIN
Hemos llegado a Keter, pero es un lugar donde en realidad nunca se llega, solo llegas a comprender que no puedes nunca llegar. Es como el inconsciente, si no puedes verlo, ¿cómo dices que puedes conocerlo? ¿Cómo puedes hacer que el inconsciente sea consciente? es una paradoja y la razón no tiene espacio para entrar en esta dimensión, porque es limitada y el Keter es ilimitado. El corazón, en cambio, es ilimitado sólo si está iluminado por una mente en paz y ha hecho las paces con ese abismo infinito de Keter, resignándose humildemente a sus límites. Entonces el corazón siente el inconsciente, siente el infinito, vive de lo ilimitado. Por eso es corona, la cabeza recibe este anillo vacío, este infinito que la llena pero también la silencia, la deja muda (normalmente por eso los sabios no hablan mucho). Entras en un vacío que te llena. No es una corona de poder humano sino de debilidad interior que, sin embargo, os llena de seguridad. Es un peso enorme pero lo sabes levantar con una mirada profunda y serena (no eres tu el que tiene corona, es la corona la que posee tu cabeza, eres como el Ahorcado del Tarot a la horca). En el Keter no hay desequilibrios ni por exceso ni por falta, o estás en él o no estás, no hay espacio ni siquiera para pretender fingir o asumir que estás ahí en esta dimensión. Es como el amor divino, no tienes dudas cuando lo sientes, simplemente lo sientes y basta. Quien dice que tiene la verdad absoluta (por lo tanto la corona) la certeza absoluta de Dios, que posee la religión verdadera, que es un iluminado, etc... entonces se ha puesto solito la corona a sí mismo, en el árbol de la muerte es la armadura (quolipoth) demoníaca de Thaumiel, crees que eres Dios, crees que sabes dominar el mundo dual y poseer los misterios de la naturaleza.
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